Entrevista a Matías Manuel González Hernández

“La cultura es un factor clave para reorientar el turismo en Canarias”

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“Canarias necesita incorporarse ya a las nuevas corrientes de entendimiento entre turismo y cultura”, asegura el Doctor en Bienestar Sostenible, Innovación Ambiental y Valoración del Paisaje en el Turismo de la ULPGC.

1.- El monocultivo del turismo está instaurado como el principal modelo productivo de la economía de Canarias. ¿Cree usted en realidad que esa clase de turismo de masas por el que han venido apostando las Islas históricamente está interesado por valorizar el patrimonio natural y cultural del Archipiélago?

La respuesta es clara: hasta ahora, no. Sin embargo, tengo el convencimiento pleno de que la una gestión efectiva del patrimonio cultural será crucial para lograr reorientar nuestro turismo hacia una senda más sostenible. De una parte, el turista está cada vez más interesado en conocer aspectos del patrimonio cultural de los lugares que visita (somos nosotros los que no le ofrecemos esa oportunidad!!!). Por otro lado, el sector cultural tiene un elevado potencial de creación de empleo, lo que haría que los beneficios del turismo se distribuyeran más equitativamente. Finalmente, hay una correlación positiva entre la preferencia cultural de los turistas y su comportamiento ambiental. Si somos capaces de poner en valor y conservar nuestro patrimonio cultural para el turismo, también atraeremos turistas ambientalmente más sensibles.

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[/columns]2.- Desde hace relativamente poco las sinergias entre Turismo-Cultura-Patrimonio-Naturaleza empiezan a considerarse en Canarias como elementos estratégicos capaces de mejorar las expectativas de negocio de la industria del turismo y del ocio. ¿A qué atribuye que nos hayamos dado cuenta tan tarde de las posibilidades que brindaba su lógica interrelación?

Muy interesante! Pues a lo que se ha dado en llamar la vocación rentista del capital. Durante décadas para el capital local el verdadero negocio, más que el turismo, fue la especulación inmobiliaria: recalificación de suelo con plusvalías millonarias. El “debate” turístico, lamentablemente, se ha centrado en por donde pasa el rotulador que delimita el suelo urbanizable turístico del que no lo es, y detrás de esto, a quién se va a hacer rico (o más rico) con ello. Todo lo demás ha quedado en un segundo plano. La potencialidad de una alianza constructiva entre patrimonio cultural, ambiente y turismo es, en Canarias, una novedad en el discurso que todavía debe ser trasladada a hechos concretos. No olvides, por ejemplo, que las dunas de Maspalomas, uno de los activos naturales con más valor turístico de Canarias, pero también de Europa, agonizan ante la pasividad de todos, no sólo de las administraciones, sino también de los empresarios y de la sociedad entera. Detrás de lo que hemos hecho con el turismo, está una sociedad que no ha comprendido la verdadera naturaleza de esta industria, lo que ha favorecido que las instituciones se pusieran al servicio de intereses cortoplacistas.

3.- ¿A su juicio qué territorios españoles están optimizando o trabajando mejor este binomio o interacción entre turismo y patrimonio cultural?

Obviamente, algunos de aquéllos que tienen como principal atractor turístico su patrimonio cultural. En nuestro caso, el patrimonio cultural representa una oportunidad de robustecer, diversificar, añadir valor y hacer más sostenible el turismo, que sigue teniendo como referencia el espacio costero, las playas y el clima. En otros lugares que carecen de esto último, el patrimonio cultural es decisivo. Aquí me gustaría aclarar que la respuesta también depende de la amplitud que demos al concepto de patrimonio cultural, de modo que si incluimos todos los componentes intangibles, podríamos estar hablando hasta de cierta gastronomía como parte del mismo. El turismo rural tiene en buena medida como base el patrimonio cultural: paisajes modelados por la mano humana, arquitectura tradicional (residencial, agraria, hidráulica, etc.), gastronomía y tradiciones, y un largo etcétera. En el ámbito urbano Barcelona se está haciendo las preguntas adecuadas, aunque más complejo es dar las respuestas adecuadas. El crecimiento explosivo de la demanda ha producido una fuerte presión sobre la ciudad patrimonial y la respuesta a este problema sólo puede ser integral, esto es, tiene que ver con urbanismo, fiscalidad, modelos alojativos (incluyendo el boom de la vivienda vacacional), desarrollo de infraestructuras en nuevos barrios para desconcentrar la presión turística, etc. La clave está en la dirección que señala la brújula. Si es la de que el turismo distribuya equitativamente sus beneficios, se limiten las presiones sociales y se aproveche para relanzar políticas culturales que provean experiencias de calidad al visitante, pero que también mejoren las condiciones de vida de la población local, seguro que acabarán encontrando las respuestas adecuadas. En el ámbito rural, en Galicia y otras partes se están haciendo cosas interesantes con las rutas del románico, y la creación de rutas de interés gastronómico (vino, quesos, etc.) está contribuyendo a dinamizar la economía de ciertas áreas rurales en toda la geografía española. Lo importante es estar atento a los efectos desestabilizadores que estas políticas también tienen, sobre el territorio o sobre los precios de bienes básicos, como la vivienda, para tomas las medidas compensatorias adecuadas.

4.- ¿Qué retos necesitaría Canarias superar o implementar para que esta corriente termine de afianzarse entre sus estrategias institucionales de desarrollo?

Profundizar en el cambio de orientación de la gobernanza del turismo hacia la noción de creación de experiencias con valor basadas en las reales preferencias de los visitantes reales y potenciales y en los intereses genuinos de la sociedad canaria entera no sólo de grupos particulares. Algunas líneas: i) fortalecer las capacidades y la coordinación de las administraciones para recuperar y poner en valor elementos del patrimonio cultural deficientemente gestionados; ii) poner más acento en planes de formación profesionalizadora bien dirigida que tenga que ver con el conocimiento y la gestión sostenible del patrimonio cultural: quizá necesitemos menos administrativos y camareros, y más gestores culturales convenientemente preparados para orientar su labor profesional también al turismo; iii) modificar el marco normativo para de una vez separar la protección de la burocratización asfixiante de los procesos de decisión. La malla normativa que se creado es de locos, todo el mundo lo sabe y nadie hace nada efectivo. Los movimientos que se vienen dando persiguen más que la flexibilización, la extensión al medio rural del mismo modelo especulativo. Pero es que por el otro lado, las ideas no están nada claras!!! Espero haberme explicado…

5.- Usted considera que la implantación de un nuevo modelo requiere un importante cambio de mentalidad por parte de todos los sectores y de la sociedad canaria en su conjunto. ¿En qué acentos incidiría para que esa transformación se produzca?

Es difícil, porque un cambio cultural de la magnitud del que necesitamos no puede darse en cortos periodos de tiempo. Lo importante, pues, es que empecemos a avanzar en la dirección adecuada. Creo que el factor crítico es la creación de espacios de participación y deliberación genuinos, que permitan incrementar la comprensión cabal de los problemas complejos, y el que tenemos entre manos lo es, y mucho. Es un camino largo, pero inevitable. Un ejemplo, aunque uno está más interesado en los centros comerciales que en el patrimonio cultural, comprender la relación entre éste último y la rentabilidad social del turismo (más ingreso, mejor distribuido), que en definitiva es lo que impulsa la vida de los grandes espacios de consumo, le ayudaría a entender que una adecuada gestión del patrimonio cultural conviene también a la salud a largo plazo de los templos del consumismo. Es un ejemplo extremo, pero ilustra bien lo que quiero decir…

6.- ¿La fractura social que existe en Canarias es un impedimento en esa tarea?

La fractura social y la parálisis institucional. El sistema político en las islas es la escenificación permanente de un esfuerzo por mantenerse en el poder, de unos, y de acceder al poder, de otros. Todo lo demás, lo verdaderamente importante, queda en un segundo plano. La gente se ha acostumbrado a percibir que la política es eso, de ahí su enorme desprestigio. Pero por otro lado, una respuesta vertebrada, en la dirección que sea, a los imperativos de Canarias, como por ejemplo el rumbo que debe tomar la principal industria de su economía, y el papel que debe desempeñar en ello el patrimonio cultural, requiere liderazgo político, pues para eso debería esta la política!!! Ese estado de cosas es difícil que cambie si una sociedad consciente no lo impone, pero a su vez ese cambio en la cultura social requiere liderazgo político. Como ves, un complejo círculo vicioso!!!

7.- ¿Desde un punto de vista de la profesionalización y la cualificación del sector turístico no habría también que empezar a modificar las estrategias de formación si pretendemos optar y dar respuesta a un mercado cada vez más exigente y diversificado?

Sin duda, de todos los retos concretos, ese es en mi opinión el más importante, y por ahí podría comenzarse a deshacer el nudo que hoy nos paraliza. Sin embargo, el sistema educativo, en todos los niveles, carece hoy de la vitalidad necesaria para acometer esos cambios. Harto de recortes y desprecio, falta espíritu transformador. Sin embargo hay que estar atento a las experiencias concretas que en diferentes ámbitos están plantado semillas de cambio. Si todo ello se articula, un cierto optimismo movilizador puede abrirse paso…

8.- ¿Cómo valora y cómo cree que repercutirá en la zona de cumbre de Gran Canaria la hipotética elección de la UNESCO de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña como Patrimonio de la Humanidad?

Esto siempre es positivo, porque es una etiqueta que la gente en general valora. Localmente confiere orgullo, sentido de pertenencia y compromiso con la conservación y mejora. A los de fuera les atrae y sienten que visitan algo importante, la simple etiqueta puede conferir más valor a la experiencia. Pero claro, esto no basta, es también un reto para la gestión, que hay que desburocratizar (estamos enfermos de procedimientos desvinculados de los fines que se persiguen) y promover espacios reales de implicación y participación real. La Reserva de la Biosfera es una oportunidad para avanzar en la gestión participativa, aunque hasta ahora ese aspecto ha presentado notables déficits.

9.- Con frecuencia relativa en las Islas hemos asistido a debates sobre la necesidad de conciliar usos, conservación y preservación de nuestro patrimonio, como modelo que muchos contemplan contrapuesto al desarrollo económico (Casos Oasis Maspalomas o Siam Park). ¿Qué opinión tiene al respecto?

Supongo que ambas cosas no son necesariamente contradictorias. La conservación y buena gestión de nuestro patrimonio es un ingrediente insustituible para el desarrollo socioeconómico sostenible, no debe entenderse como un freno para ello. Creo que lo que hemos visto más arriba apoya claramente esta idea. Otra cosa, como ya dije, es que por conservación se entienda apartar a la sociedad de los activos culturales y montar una estructura burocrática costosa y poco efectiva. Lo que ha pasado con buena parte de nuestro patrimonio arqueológico, es en mi opinión un claro botón de muestra de ello. Concibo un patrimonio cultural bien conservado y gestionado, que al mismo tiempo provee experiencias valiosas a residentes y turistas, que además contribuyen a la conservación y gestión de aquél. No veo contraposición, si se diseña una gobernanza adecuada.

10.- ¿En su opinión sería saludable que la cultura se retroalimentara de los beneficios generados por el pastel turístico?

Tiene que ser así, porque es lo inteligente y lo justo. Todos, residentes y turistas, tenemos que contribuir a la conservación del patrimonio, porque a todos nos provee valor, mejora nuestras vidas y nuestras experiencias turísticas. El problema es cómo hacerlo para hacerlo bien. Necesitamos capacidades institucionales y técnicas, y un sistema de gestión que contemple la transparencia y el rendimiento de cuentas como pilares del mismo.

11.- Las regiones o territorios europeos que más crecen son aquellos que se han desarrollado implementando estrategias alrededor de la cultura como valor estratégico y valor añadido en la oferta de un mundo globalizado. ¿Por qué cree que se hace tan difícil que nuestros dirigentes y estrategas lo vean?

Porque hasta hace no mucho les resultó más fácil centrase en la creación de rentas especulativas, de todo tipo. Con el suelo, con la posición geoestratégica de Canarias (ultraperificidad, REF, etc.). Hemos tenido dirigentes políticos más hábiles en traer recursos financieros de fuera que en utilizarlos para crear las bases de un desarrollo socioeconómico equitativo y ambientalmente viable. Hay mucho también de pereza intelectual. La gestión estratégica de la cultura como fuerza motriz en la creación de valor (atracción de talento, atributo para atraer turismo con más capacidad de gasto, generación de cohesión social, etc.) requiere una gobernanza más basada en capacidades que en ocurrencias. Es más difícil construir desarrollo socioeconómico duradero y viable con un fuerte protagonismo del factor cultural, que trazar líneas en un plano para generar rentas especulativas.

12.- Cualquier otra consideración que estime importante a su juicio y crea que se haya quedado al margen de esta entrevista.

Sí, quizá el papel crucial que deberían desempeñar medios de comunicación independientes y menos condicionados en vehicular el debate social sobre el futuro que queremos construir y la forma de llevarlo a cabo. Un reto para todos los profesionales del periodismo. Aunque no son buenos tiempos para esta lírica. La precariedad laboral y el compromiso con el buen periodismo no son buenos aliados!!!