Jin Taira << la ecotasa podría suplir la necesidad de pagar por entrar a espacios protegidos>>

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El investigador Jin Javier Taira Alonso ha sido entrevistado por el periódico La Provincia, a continuación les dejamos el artículo completo:

¿Cómo de importante es el paisaje para nuestra tierra?

El paisaje es nuestra identidad. No es casualidad que más del 45% del suelo canario esté protegido. Sin él no nos podemos ni siquiera reconocer. Es nuestra referencia constante a quiénes somos y a dónde pertenecemos. Es cierto que yo soy asturiano, pero tengo que recordarle que también soy medio japonés. En Japón hay una religión sintoísta, animista, que parte de la creencia de que en la naturaleza hay dioses, hay almas, por lo tanto existe una increíble sensibilidad hacia ella. De lo poco que conozco, y tengo que decir que en eso sí que puedo ser ignorante, sobre las culturas prehispánicas que vivieron aquí, tenían unas creencias muy similares hacia los espacios naturales. El respeto hacia la naturaleza es muy propio del individuo insular porque de ello depende su vida. Es su propia cultura e identidad.

Usted ha realizado estudios respecto a la conservación del entorno. ¿Una ecotasa podría ayudar a su protección?

Sin duda, claro que lo creo. Soy investigador y profesor, por lo que no le estoy hablando de una mera opinión propia, esto es una de las conclusiones de un estudio que elaboramos Vicente Mirallave, Flora Pescador y un servidor para la reserva de la biosfera del Cabildo de Lanzarote. Se llamó Biocrit y se basó en un análisis crítico actual del paisaje insular de Lanzarote, que usamos como base para marcar unas directrices paisajísticas. Esas directrices fueron tres medidas. La primera, crear un observatorio del paisaje. La segunda, firmar un contrato del paisaje que fuese como una especie de compromiso de todos los actores que tienen algo que decir en Lanzarote, un compromiso común de empresarios, políticos y sociedad, como una especie de convenio social. Y por último, la ecotasa, que no es para encarecer los hoteles, sino para garantizar que se pueda corregir, a través de esos fondos, aquellas distorsiones en el paisa- je que pueda ocasionar la actividad turística.

Una parte del paisaje de las islas se encuentra en los espacios protegidos. ¿Es partidario de aplicar una tasa de entrada o limitar el aforo en esos espacios para salvaguardarlos?

Por Dios, claro que sí. Acabo de estar en Lisboa y ha sido una desgracia. Me encanta la ciudad, pero fui a Sintra a visitar los castillos y no pude disfrutar. El nivel de presión turística provoca colas interminables sin programar. Es imposible disfrutar así de las grandes joyas que nos ha dejado el paisaje y la mano del hombre.

¿A qué parte de Canarias trasladaría ese ejemplo?

Fíjese lo que pasa a veces en Timanfaya. Colas y colas de coches esperando para entrar en el parque nacional afean directamente el paisaje. No puede ser, estamos dando muy mala imagen de un lugar hipersaturado que la gente tendría que disfrutar. Menos mal que para moverse en el interior está la guagua. Se debe crear un sistema de control.

Ahora mismo para entrar a barranco del Infierno hay que pagar, pero para el Teide no. ¿Se deberían estandarizar los criterios?

Claro, desde mi punto de vista deberían unificarse criterios y regularizarse todos y cada uno de estos espacios de manera más lógica y normal.

¿Es una iniciativa que debería de abanderar el Gobierno autonómico? Los Cabildos son los que tienen las competencias en la gestión.

Sería lo lógico.

¿Ve comprensible que los residentes también tengan que pagar para visitar las bellezas de su tierra?

Pues eso son excepcionalidades que tienen que ver mucho con la política. Ahí me meto en un territorio espinoso porque hay muchas excepciones y me parecen lógicas en estos espacios, precisamente, para la gente que vive en ellos. También depende del aforo o la financiación, pero eso ya se mete en opinión política.

¿Por qué medida aboga? Ecotasa, pagar para acceder a reservas protegidas o ambas.

En cuanto a si se tendría que pagar un ‘x’ para entrar a un parque nacional o una reserva, bueno, creo que la de ecotasa podría suplirlo, pero claro, ni soy economista ni podría decírselo sea ciencia cierta.

Existe ecotasa en Cataluña, Baleares, Lisboa… ¿Por qué en Canarias genera tanta controversia?

Desde lo que yo sé, humildemente, tengo que decirle que esa es una decisión política, pero entiendo que también hay unos intereses y miedos por parte de la patronal hotelera que piensa que, si esa ecotasa se pone en funcionamiento, recibiremos menos turistas. Lo cierto es que el turismo no deja de crecer, que cada año tenemos más turistas. Es cierto que descendieron debido a la pandemia, pero a nivel global las expectativas de la Organización Mundial del Turismo (OMS) son muy positivas. Si antes de la cuarentena estábamos en 1.400 millones de turistas en todo el mundo, para 2050 serán 1.800 millones. Esas cifras si se colocan en Canarias, ¿hay capacidad para asumir 100.000 de via- jeros, 200.000, 300.000, un millón, dos millones, tres millones? Antes de la pandemia, estábamos a 15 millones, pero ¿cuál es nuestro límite? No se trata de crecer hasta el infinito, eso es imposible. Hasta el infinito nadie puede crecer, la tierra ni se crea ni se destruye.

A principios de este año el Gobierno insular de Dolores Corujo (PSOE) declaró Lanza- rote isla saturada de turistas.

Pues entonces hay que ver cuándo un sistema se satura, cuando no puede dar servicio a las demandas que le están exigiendo y cuando se establece un desequilibrio entre el medio y las personas que están viviendo allí. Un sistema saturado se da cuando se rompe la capacidad de mantener lo que sería la reserva.

¿Y cómo se puede saber a ciencia cierta cuando el sistema del Archipiélago se saturará o si ya lo está?

Mire, nosotros no somos políticos, somos humildemente investigadores. Podemos confundirnos, pero nunca nos vamos a mover por ningún tipo de interés. Hacemos las cosas con la mayor humildad posible para intentar proteger el territorio. Y nosotros, por ejemplo, en el estudio de Lanzarote, no establecíamos si había un límite o no. Para eso hay que hacer un estudio mucho más extenso. Sólo dijimos que hay que estudiar cuál es la capacidad de carga de Lanzarote, que a lo mejor la tenían ya estudiada en un estudio posterior, eso ya no lo sé. Toda la gente que ha trabajado en las comisiones vinculadas a este tema siempre ha discutido y hablado muy seriamente de que es necesario calcular muy bien cuál es la capacidad de carga de nuestras islas. Debe hacerse con todas, no solo Lanzarote. Hay que ver hasta qué punto podemos crecer en el aspecto turístico y hasta qué punto son necesarias mediadas regulatorias para que el impacto que provoca la actividad turística sea cada vez menor.

En los últimos meses se han viralizado vídeos de foráneos que se saltan las normas para adentrarse en zonas naturales restringidas, ¿qué le parece?

Eso sí que es de una grandísima y terrible ignorancia. He visto lógicamente los vídeos, en uno de ellos unos turistas se bañaban en los Jameos del Agua. El turismo tiene que tener unos límites y uno de ellos debe ser informar a los que vienen para que sean conscientes del sitio al que van. No podemos permitir que sean ignorantes al respeto porque eso es muy peligroso. La ignorancia puede destrozar en un solo día la escultura del David de Miguel Ángel Buonarroti o las creaciones de César Manrique.

¿Con una tasa quizás serían más conscientes de la necesidad de preservar el medio? El bolsillo cuando se vacía duele.

A mí no me gustaría pensar que ese dinero sirve para que duela, sino para hacer reflexionar a la gente que viene de la importancia del espacio en el que está entrando. Y sobre todo que el pago de ese dinero no le da derecho a ser ignorante del respeto que le debe a las Islas. Es una aportación al mantenimiento, cuidado y preservación de nuestro patrimonio natural.

Actualmente, ¿ese patrimonio natural que ha comentado se cuida lo suficiente?

Vamos a ver, este es un conflicto recurrente, pero le aseguro que hay mucha gente en Canarias con un grado de sensibilidad exquisito y realmente digno de alabanza. No es casualidad que todas las islas sean reserva de la biosfera. Es cierto que también ha habido abusos, no hay que negarlo. Tenemos muy buenas prácticas, pero también hemos tenido muy malas prácticas. Y nuestro desafío tendría que ser poner lo mejor que tenemos para intentar solventar todas aquellas malas prácticas y reparar el daño, que también es otra forma de hacer urbanismo. Urbanismo no es solamente construir cosas, también es deconstruir, arreglar o reparar para conservar nuestro patrimonio. Y esto es importante y parte de nuestro trabajo.

¿Qué malas prácticas?

En Canarias no hemos tenido una gran revolución industrial. Prácticamente pasamos de una economía de subsistencia muy dura a de repente una industria muy clara que era el turismo. Es cierto que ha habido comercio, sobre todo agrícola con el extranjero, el puerto, Inglaterra, el Canary Wharf de Londres… Sí, ha habido de esto, pero el problema está en, primero, un exceso de codicia a la hora de desarrollar monocultivos agrícolas, y quizás el más preocupante: la codicia por el turismo, a veces incluso poniendo en peligro sistemas ecológicos que funcionan de una determinada manera.

Entiendo que se refiere a las construcciones hoteleras que se realizan en zonas protegidas como el RIU Oliva Beach de Fuerteventura.

Esto es muy sencillo, vivimos en un entorno que es el planeta Tierra y las Islas Canarias tienen unas circunstancias muy específicas, con un viento y unas condiciones climáticas muy específicas y con una naturaleza producto de esas condiciones que nos lleva a tener esta orografía, topografía, geología y estos espacios naturales. Estos espacios de repente se encuentran confrontados con edificaciones hotelera que a lo mejor se construyen en sitios donde no corresponde. Pero no solo eso, una urbanización que se levanta en medio de un barranco también es un problema y un riesgo considerable para la población que supone. Creo que esas son las malas prácticas, es decir, si hubiésemos sido un poquito más responsables, un poquito más cuidadosos, posiblemente tendríamos unas islas mucho mejores de lo que ya son.

Por aquí les dejamos el enlace al periódico La Provincia